16/10/2020 Profesora Mariela Anabalón Vargas, Directora Centro Educacional San Sebastián de Panguipulli. 16/10/2020 SALUDO “Quien con humildad comparte sus saberes y suma a esa entrega bondad y cariño, merece ser reconocido por todo un país y un mundo, que ha desarrollado su mayor tesoro, que es la humanidad, de la mano de un profesor”. Dios bendiga su sabia, bendiga su salud, su familia y su vida, me saco el sombrero, usando un decir popular, para mirar hacia lo alto a todos mis colegas, que volvieron a aprender, volvieron a educarse, a desarrollar nuevas estrategias, para no dejar en pausa, la educación de sus alumnos. Esta pandemia trajo tantos desafíos, que ustedes con gallardía ante lo desconocido, lo tomaron con altura de mira y los hicieron vida. Ante tanto cambio, entramos a la casa de nuestros educandos y ellos a las nuestras, cada mañana, cada tarde, e incluso atendiendo a aquellos apoderados que debieron seguir su vida casi normal fuera de sus hogares trabajando, a altas horas de la tarde y noche y sus días de descanso. También esas miradas, el tener tantos espectadores de nuestro quehacer, fueron muchas veces motivos de pena, tristeza, ante un pequeño porcentaje que nunca valoró el esfuerzo, esmero y dedicación diaria, nuestro tiempo, nuestro espacio y el saber que Nuestra familia, sí debía esperar, que nuestros hijos debían postergarse y que nuestra vida debía ahora centrarse en las tareas y necesidades de la escuela. Un año para recordar, un año para amar y odiar al mismo tiempo, un año en que nos convertimos en seres ante mi mirada, transformacionales y espectaculares. A mis colegas, amigos del CESS, de los colegios vecinos y de mi país: Hago un alto para dedicarles estas palabras, que nacen de la admiración, la empatía y el amor por enseñar siempre como solo un maestro de vocación lo puede hacer. Feliz y gran día, bendiciones y Dios los premie con una larga vida. |