¿QUE NOS QUERRAN DECIR LAS AVES?

30/07/09 Por Roger Pérez Ulloa.

Viven tan cera de nosotros que pasan prácticamente inadvertidas. Estábamos acostumbrados a las colonias de palomas, especialmente en lo alto del campanario de la Iglesia San Sebastián, sin embargo hoy están en retirada.

¿Quiénes asumieron el rol? Las grandes, bellas e inmutables bandurrias, las mismas que proliferan en los árboles más altos de la ciudad, haciendo énfasis en terrenos parroquiales, policiales y en la quebrada del Hospital.

Los treiles, frágiles aves plomizas que se mueven a nivel de la tierra por nuestros jardines menos transitados, y acostumbrados a la presencia humana y vehicular. Lo curioso es que han tomado un hábitat distinto. ¿Lo ha divisado en lo alto de los techos de alguna casa? ¿No? le cuento que en mi hogar tengo un matrimonio muy particular de estas aves, excelentes guardianes por lo demás, ya que no perdonan movimiento alguna, su conocido grito pone en alerta al todo el mundo, hasta el extremo que no pocos vecinos pierden el sueño por estas avecitas.

Hoy, curiosamente aparece una nueva estrella en la ciudad y es.. “su majestad la garza”.

Y digo curioso porque en verdad es un ave majestuosa por su porte, su plumaje y su vuelo, además de su timidez y porque su hábitat no es precisamente el áridos suelo citadino.

Pero están con nosotros, y me pregunto ¿llegaron para quedarse?Ayer en el sector Ciruelos quedé alegremente sorprendido al tener pichones de garzas comiendo en los jardines de un Servicentro sin temor a mi presencia. Hoy en Panguipulli, en plena calle Pedro de Valdivia me encontré nuevamente con el fenómeno, por eso la foto, la crónica y mis deseos de compartir tan bella experiencia, que no me deja impasible, y me pregunta si es la muda reclamación de las aves por lo que un día fuera su hábitat normal, no olvidemos que el centro de Panguipulli era un humedal con varios esteros que la recorren, y las laderas de la ciudad eran bosques impenetrables donde proliferaba libremente toda la avifauna que nos prodigó Dios.

Ahora solo espero que sepamos respetar y cuidar la presencia de estas bellas aves que traspasan su natural timidez en un quizás nuevo intento de compartir esta tierra de todos.

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